Lo bueno no puede ser enemigo de lo perfecto”. “Esto es un punto de arranque, ahora empieza el trabajo”. “MIH no es un destino sino la cimentación de un plan”. Estos son algunos de los comentarios de los miembros del Concejo que quisieron explicar su voto al Plan de Vivienda de la ciudad que fue aprobado ayer martes mayoritariamente.
El Plan de Vivienda del alcalde Bill de Blasio se apoya en dos leyes, la de Zonificación de Calidad y Asequibilidad y la de Vivienda Inclusiva Obligatoria (ZQA y MIH respectivamente en sus siglas en inglés). Básicamente se obliga a los constructores de viviendas a reservar distintos porcentajes de apartamentos en alquiler para personas de bajos y medios recursos que se especifican en la ley MIH. Habrá un cierto número de viviendas de nueva construcción para familias que ingresen no más de $31,000 al año, otro porcentaje para los que ingresen no más de $54,000 y se harán viviendas para quienes ingresan menos de $89,000. El objetivo final es que se construyan 80,000 viviendas asequibles nuevas y se preserven 120,000 de las ya existentes.
La ZQA fue aprobada por 40 votos a favor, seis en contra y una abstención mientras que la MIH se aprobó con 42 votos a favor y cinco en contra.
Al incluir hace una semana en la ley porcentajes de viviendas reservadas a quienes ganaran menos de $31,000 (o el 40% del AMI, ingreso medio de area) la ley ganó adhesiones de grupos comunitarios de fuerte influencia en la ciudad que inicialmente se oponían a este plan del alcalde.
“Este es el tema más importante del día, del año, o de los últimos cuatro años”, dijo la presidenta del concejo, Melissa Mark-Viverito, en rueda de prensa anterior a una votación que se vio interrumpida en varias ocasiones por un goteo de protestas desde la tribuna de espectadores que gritaban contra la MIH y pedían que no se aprobara esta ley. Este es uno de los puntos más controversiales del plan ya que sus críticos aseguran que deja a personas de muy bajos recursos sin posibilidades de conseguir vivienda asequible. Los esporádicos gritos que acompañaron el discurso de la concejal por Brooklyn Inez Barron explicando su voto contrario a la propuesta del alcalde se convirtieron en coro cuando otra miembro del Concejo, Margaret Chin, explicaba su voto a favor.
“Seguimos con la historia de dos ciudades”, clamaba uno de los manifestantes. “Estamos luchando para mantener en la ciudad a quienes les han votado, no nos defrauden”, gritaban desde una tribuna que fue desalojada con dificultad y precisó de los paramédicos para retirar a una persona.
Además de Barron, entre los que votaron en contra, Jumaane Williams dijo estar en contra de esta ley porque está viendo lo que está pasando con el desplazamiento de las comunidades latinas y afroamericanas como advertencias de lo que pasa. Williams protestó que no haya un mandato específico para proteger a quienes históricamente han sido rechazados en las comunidades de bajos ingresos.
Las leyes de rezonificación se van a empezar a aplicar en varios vecindarios de la ciudad, el primero East New York, en Brooklyn. Después llegarán los planes de East Harlem, Long Island City y los corredores de Jerome Avenue en El Bronx, Bay Street en Staten Island y Flushing West. Se prevé que en cada barrio se adapten estas leyes a las necesidades y realidades económicas de sus vecinos para minimizar los desplazamientos que ya se dan en otras zonas de la ciudad donde hasta ahora no hay vivienda inclusiva obligatoria de nueva construcción. Desde la Alcaldía se ha aclarado que los límites de ingresos pueden ser variados para acomodarse a las distintas áreas de la ciudad. Las organizaciones comunitarias que se han opuesto al plan explicaban que buena parte de los residentes de East New York tienen un promedio de ingresos de unos $27,000 anuales. “Está previsto que en cada área haya margen de maniobra para adaptarla”, aclaró Mark-Viverito.
La presidenta del Concejo explicó que estas leyes habían sido el fruto de una negociación y deliberación de meses con políticos y organizaciones comunitarias además de consejos comunitarios. “Todo ello ha resultado en un plan que da respuesta a una ciudad que afronta un problema de gran magnitud en materia de asequibilidad de vivienda”. Para Mark-Viverito esta ley no sólo es un cambio fundamental en la manera en la que la ciudad regula la asequibilidad de la vivienda sino que lo hace de una “de las maneras más efectivas en el país”.
“El proceso culmina hoy en este voto pero ahora tenemos que ir a nuestras comunidades y explicar lo que hemos conseguido y cómo se va a implementar en las comunidades”, explicó.
Mark-Viverito admitió que ha sido un proceso controversial pero dijo que no hay posibilidad de hacer algo que sea del gusto de todos en la ciudad.
En un comunicado, De Blasio dijo que la ciudad de Nueva York no es la única que enfrenta una crisis de vivienda asequible, pero es la única que pasó un plan que beneficiará a medio millón de personas de bajos y medios recursos, además de construir y preservar cerca de 200,000 apartamentos, y requerir a los desarrolladores construir más vivienda asequible.
“Ahora la Ciudad está un paso más cerca de ser una ciudad donde cada quien puede trabajar y vivir”, dijo el Alcalde.
El presidente del sindicato 32BJ, Héctor Figueroa, dijo que esta ley es una victoria para los trabajadores de Nueva York que quieren continuar viviendo en la ciudad y ver crecer en ella a sus familias. La presidenta de Manhattan, Gale Brewer, dijo que aunque el MIH no es perfecto “tiene potencial para hacer un gran cambio en la crisis de vivienda de la ciudad”.
La presidenta del Concejo dijo ayer que esta ley de vivienda asequible trata, entre otras cosas, de preservar el carácter de los barrios. Parte de este carácter no solo lo aportan los residentes sino también los pequeños negocios que se asientan en cada zona para servir las necesidades de estos. Estos pequeños negocios están sufriendo unas fuertes subidas de rentas que están forzando cierres o simplemente no tienen la posibilidad de renovar sus contratos de alquiler.
Como resultado, muchas empresas pequeñas, familiares y supermercados de barrio están desapareciendo en favor de aperturas de cadenas de restaurantes, tiendas de conveniencia o cafeterías. Los defensores de los pequeños negocios llevan años pidiendo una ley que les ayude y hay un par de propuestas de zonificación y de mediación e intermediación de contratos de alquilerpero no están avanzando en el Concejo.
Ayer, Mark-Viverito dijo que el Concejo es “muy consciente de los retos que afrontan los pequeños negocios” y recordó que en esta ley se reserva espacio para locales que comercializan alimentos frescos. No obstante, dijo que tienen que estudiar el problema.
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