El precandidato presidencial Donald Trump dijo este semana que completaría la deportación de la población indocumentada en un plazo de dos años, por lo que, si gana en 2016, su eventual gobierno tendría que capturar, procesar y deportar a cerca de 20,000 indocumentados por día, superando incluso la cifra anual de la Administración Obama.
El asedio a los indocumentados se ha convertido en la marca de la campaña de Trump, quien esta semana precisó por primera vez que, si gana la Casa Blanca en 2016, completaría su deportación en un plazo de entre 18 y 24 meses.
En una conferencia telefónica con miembros del Partido Republicano de Alabama, Trump dijo que la deportación de los aproximadamente once millones de inmigrantes indocumentados podría completarse en ese plazo, “con una buena gestión”.
“Tenemos que sacarlos y si tenemos casos maravillosos (de inmigrantes ejemplares), pueden regresar pero tendrá que hacerlo de forma legal”, afirmó Trump durante la llamada telefónica, parte de la cual fue colgada en YouTube por uno de las participantes.
“Creo que es un proceso que podría tomar 18 meses a dos años, si se maneja apropiadamente”, precisó Trump, quien presentó su plan contra la inmigración ilegal el mes pasado.
Su plan ha sido criticado por los demócratas e incluso por otros precandidatos republicanos, como el exgobernador de Florida, Jeb Bush, que quiere captar el voto hispano.
¿Otro “deportador en jefe”?
Se calcula que aproximadamente dos millones de inmigrantes indocumentados han sido deportados de EEUU desde que el presidente Barack Obama asumió el poder en 2009, lo que le ganó el mote de “deportador en jefe” por parte de activistas pro-reforma.
Pero, si Trump llega a la Casa Blanca en 2016, su plan de deportación masiva significa que tendría que deportar a entre 460,000 y 612,000 indocumentados por mes para cumplir con sus propios plazos de entre 18 y 24 meses.
Para ello, tendría que capturar, procesar y deportar a unos 15,300 indocumentados por día para cumplir con la meta de dos años, o a unos 20,000 por día, para cumplir con el plazo de 18 meses.
Con ese ritmo, una presidencia de Trump superaría incluso las cifras de deportaciones realizadas actualmente por la Administración Obama.
En el año fiscal 2014, la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) deportó a 315,943 indocumentados, en comparación con 368,644 en el año fiscal 2013.
Deportación masiva es costosa e imposible, dicen expertos
Según datos oficiales, dos millones de indocumentados fueron deportados durante toda la presidencia de George W. Bush (2001-2009); 876,000 fueron deportados durante la presidencia de Bill Clinton (1993-2001); otros 141,000 fueron expulsados durante la de George H.W. Bush (1989-1993), y unos 170,000 bajo el gobierno de Ronald Reagan (1981-1989).
Tanto funcionarios del gobierno como expertos académicos y de centros de estudios coinciden en que la deportación de toda la población indocumentada tendría costos prohibitivos y prácticamente sería imposible.
Además, la deportación masiva ha suscitado fuertes críticas de grupos defensores de los inmigrantes y de los derechos humanos porque ha causado el quebranto y separación de las familias, incluso de inmigrantes con fuertes vínculos comunitarios o que tienen hijos nacidos en EEUU.
Consciente de las críticas, la Administración Obama ahora de prioridad a la expulsión de indocumentados con antecedentes criminales, de los que representen un riesgo para la seguridad nacional o la seguridad pública, y los que han regresado ilegalmente al país.
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