El regreso a Cuba de los antiterroristas presos en Estados Unidos y el anuncio del restablecimiento próximo de los nexos diplomáticos con ese país norteamericano fue uno de los motivos principales para que los 11,3 millones de cubanos celebraran el inicio de 2015.
Prensa Latina reseña una información publicada por el columnista Emelio Marín en el diario argentino La Arena, en el cual resalta que, además de esa victoria, anunciada el 17 de diciembre pasado, lo más importante fue la notificación del comienzo de las relaciones diplomáticas entre La Habana y Washington con la condición del respeto mutuo.
“En la isla y el mundo, donde los amigos de Cuba suman muchos millones hubo emoción y lágrimas. Raúl Castro, actual jefe de Estado, fiel a su estilo medido, advirtió sin embargo que todavía no se ha resuelto lo principal que separa a ambas partes, que es precisamente el bloqueo”, expresó Marín.
Agregó: “Hubo fiesta en La Habana, pero la alegría será completa cuando el presidente Barack Obama adopte medidas que desarticulen esa política hostil y alguna vez el Capitolio anule las infames leyes Torricelli (1992) y Helms-Burton (1996)”.
La nueva situación, señala Marín, planteará otros desafíos al pueblo cubano. “Obama no hizo autocrítica del bloqueo ni lo calificó de algo agresivo e ilegal; sólo le endilgó el fracaso, como resultado, sin juicios de valor. Y eso supone que Estados Unidos continuará su línea agresiva hacia Cuba, tratando de derrotar la Revolución, sólo que por nuevos medios”.
Países de Latinoamérica, incluyendo a Venezuela, celebraron el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre la nación caribeña y Estados Unidos, las cuales permanecieron rotas desde hace 53 años con un bloqueo económico contra el pueblo cubano.
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