DUBAI, Emiratos Árabes Unidos. Los enviados de casi 90 naciones firmaron el viernes el primer tratado de telecomunicaciones de las Naciones Unidas desde que comenzó la edad de la internet, mientras Estados Unidos y otras naciones occidentales se negaron a suscribirse por considerar que apoya un mayor control de los gobiernos sobre el ciberespacio.
El secretario general de la Unión Internacional de Telecomunicaciones de la ONU rechazó las afirmaciones estadounidenses y justificó el acuerdo por considerarlo necesario para expandir los servicios en línea a las naciones más pobres y añadir más voces para configurar la dirección de la tecnología de las telecomunicaciones modernas.
Las declaraciones de Hamadoun Toure pusieron de manifiesto las profundas diferencias expuestas durante los diez últimos días de conversaciones en Dubai.
Las negociaciones esencialmente enfrentan por un lado el deseo de occidente de preservar la naturaleza no regulada de la red contra el anhelo de los países en desarrollo que buscan mejor acceso a la red y los estados autoritarios como Irán y China que controlan el ciberespacio.
La división final que se manifestó el jueves por la noche no se debió a regulaciones específicas en la primera revisión del grupo de la ONU desde antes que la internet fuese una fuerza universal. En cambio se debió a una división ideológica sobre la naturaleza de internet y quién es responsable de su crecimiento y gobierno.
Más de veinte naciones se sumaron el viernes a Estados Unidos en su negativa a firmar los protocolos de la UIT aduciendo que abre las puertas a mayores controles gubernamentales sobre la red y que podría ser utilizado por estados autoritarios para justificar mayores restricciones al ciberespacio.
Países rivales -incluso Irán, China y estados africanos- insisten en que los gobiernos deberían ejercer mayor control sobre los asuntos de internet y trascender el supuesto dominio occidental sobre la tecnología informativa. También favorecen una mayor ayuda internacional para establecer vínculos confiables en línea en las regiones menos desarrolladas del mundo.
La UIT, que data de la época del telégrafo a mediados del siglo XIX, no tiene poderes para cambiar el modo en que opera internet ni obligar a las naciones a cumplir con sus acuerdos no obligatorios.
Pero a Estados Unidos y sus aliados les preocupa que el nuevo tratado pueda alterar el tono de los debates sobre internet. Dicen que, en vez de ser considerada una red libre, podría llegar a ser vista como una materia prima que necesita una supervisión decidida.
"Una internet libre y abierta con restricciones limitadas ha sido crítica para que se desarrollara en una de las más grandes herramientas que permite que la gente se conecte y comparta información a nivel mundial", afirmó el representante estadounidense Zoe Logfren en una declaración desde Washington.
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