La piña, o ananás, como se le conoce en algunos países de América, es originaria de Sudamérica, concretamente de la región del Paraná, que se encuentra entre Brasil, Argentina y Paraguay. Fue descubierta en el siglo XVI. Los indios caribes fueron los responsables de su expansión a través del comercio y del cultivo en las islas del Caribe.
Ananás, en su lengua indígena, significaba "fruta excelente". Para llegar a Europa, se introdujo en primer lugar en Inglaterra y luego en Francia, donde fue muy bien recibida. Rápidamente se convirtió en un símbolo de riqueza y estatus. La piña coronaba las decoraciones de los platos más elegantes e incluso se "alquilaba" para grandes eventos.
Durante el siglo XIX, los estadounidenses la llevaron a Hawaii, donde la piña se sintió como en su casa y crece hoy día por todo el archipiélago. Crece también en las tierras cálidas y tropicales de Asia y África.
La piña americana es miembro prominente de la familia de las bromeliáceas (sí, es prima hermana de las bromelias…). El fruto crece en rosetas o pencas de alrededor de 1.5 metros de altura. La corteza, que presenta escamas romboidales cubre una carne blanca o amarilla (dependiendo de la variedad), muy jugosa. En el extremo superior, las brácteas se transforman en una corona de hojas verdes.
Variedades:
Existen varios tipos de piña. Entre las más conocidas encontramos la cayenne (o cayena, como le llamamos comúnmente), de tamaño grande, con pulpa amarilla dorada, ácida, jugosa y muy dulce. La "queen" y la "Abacaxi", de pulpa amarillo intenso. La variedad española es de pulpa blanca.
Cómo escoger, manipular y conservar:
La piña sólo madura bien en la planta; si se le recolecta antes de tiempo resulta ácida y desabrida. Honestamente no hay quien se la coma. Sabemos que una piña está en su punto cuando emana un sabor intenso, su carne es brillante y cede ligeramente a la presión de los dedos (en mi caso siempre ha sido cuestión de suerte, pero bueno…). Las puntas de las hojas deben tener un tono verde-naranja y poder arrancarse con cierta facilidad.
La piña es sensible a las altas temperaturas y no soporta el frío de la nevera; se deteriora a menos de 7 grados Celsius. Entera y madura puede conservarse hasta 4 días en un lugar fresco y seco. Pelada y cortada, la piña debe conservarse cubierta con papel plástico y consumirse el mismo día, ya que comienza a fermentarse.
Para partirla, corte la corona y la base para poderse apoyar. Con el cuchillo, corte la piel a lo largo. Saque los "ojos" con un cuchillo pequeño o con un sacacorchos. El centro rugoso (o el corazón, como preferimos llamarlo), tiene normalmente poco sabor.
Combina más que un par de zapatos negros…
La piña americana se caracteriza por su sabor agridulce y aromático. Es perfecta para acompañar carnes grasas y se utiliza comúnmente en recetas antillanas, creoles y asiáticas de pollo, cerdo y pato, asociando los sabores dulces y salados, e incluso acompañando crustáceos en cócteles. Realza el sabor de la salsa de soya, por igual puede consumirse en preparaciones frías o calientes, en conservas, salsas, coulis y chutney, como postre o entrante.
Nutricionalmente hablando…
La piña resulta muy digestiva, laxante y depurativa. Contiene ácidos málico y cítrico, vitamina C, así como yodo, potasio, cobre, manganeso y azúcar de fruta (fructosa). Tiene un alto contenido de agua y fibra, pero pocas calorías. Puede consumirse antes o después de comer: ayudará a digerir más fácilmente las proteínas de los alimentos.
Si no lo sabíaGranizado de piña y hierbabuena
Si quiere disfrutar de una piña muy dulce, antes de cortarla, déjela una noche boca abajo (del lado de la corona). De esta forma el dulce que se acumula en la parte inferior se distribuirá por toda la pulpa.
Las piñas pequeñas son más sabrosas que las grandes.
El zumo fresco de la piña vertido sobre carne roja justo antes de cocinarla, la "ablanda".
Contiene una enzima que impide que la gelatina cuaje y agria la leche.
Se hace un magnífico jugo natural con su cáscara, con un contenido de vitamina C que excede todos los estudios conocidos. A este "fermento" le llamamos "Guarapo" en el Cibao.
¡Está en temporada! Aproveche y compre para refrescar su vida del calor asfixiante.
Granizado de piña y hierbabuena
Ingredientes:
- 1 piña mediana
- 3 tazas de agua
- Un tercio de taza de jugo de limón
- Media libra de azúcar
- 2 cdas. de hierbabuena troceada
Preparación:
Pele la piña, corte en rodajas y retire el centro. Parta las rodajas en cuadritos y lleve a la licuadora con el azúcar para obtener el jugo. Agregue el jugo de limón y vuelva a mezclar. Pase la mezcla a un recipiente hermético y añada la hierbabuena troceada. Tape y congele durante 2 horas. Saque y rompa el hielo con un tenedor. Vuelva a congelar por otras tres horas. Antes de servir, vuelva a romper el hielo. Sirva en vasos adornados con hojas de hierbabuena.
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