Golpe contra Lugo pinta complejo panorama para la OEA

La situación de la destitución de Fernando Lugo de la presidencia de Paraguay presenta un complejo panorama para las naciones del continente, pero mas complicada para el gobierno que lo sustituye.Lo que indica que todas las partes requerirán de prudencia en cada paso que den en los días venideros. El peor de los temores es que desesperado, el gobierno de Federico Franco opte por la represión, incluso contra el propio ex obispo.

Por eso, la mirada esta puesta a la sesión de la Organización de Estados Americanos (OEA) que hansido convcada para entre otros temas, analizar la crisis paraguaya.

La OEA se reunirá para debatir "la situación en la República del Paraguay y, en caso necesario, tomar las decisiones que el Consejo Permanente acuerde", indicó en un comunicado.

La destitución de Fernando Lugo ha causado gran impacto en los gobiernos de la región, “los que abruptamente fueron testigos de un juicio sumario que, aunque formalmente apegado a la ley, no parece cumplir con todos los preceptos legales del derecho a la legítima defensa”, según dio a conocer en un comunicado el secretario general de l OEA.

Hoy, el gobierno de Estados Unidos se declaró "bastante preocupado" por la rapidez del juicio político en el Congreso paraguayo que, el viernes pasado, destituyó al presidente Fernando Lugo. 

En la conferencia de prensa diaria, la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, dijo que EE.UU. ha “estado siguiendo muy de cerca los acontecimientos y continuamos bastante preocupados”.

Nuland añadió que EE.UU. está ahora realizando consultas con otros miembros de la OEA. “La secretaria de Estado Hillary Clinton conversó con su par brasileño, Antonio Patriota, el fin de semana, para analizar nuestra reacción en consulta con nuestros socios”, dijo. La OEA anunció para mañana martes una reunión extraordinaria con el fin de analizar posibles acciones ante los acontecimientos ocurridos en Paraguay. Estados Unidos ha mantenido una posición más cauta que la de otros países del continente como Venezuela, Argentina y Ecuador.

Los tres retiraron a sus embajadores de Paraguay y se resisten a reconocer al gobierno de Federico Franco, quien asumió la presidencia tras la destitución de Lugo por parte del Congreso en Asunción.

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