El silencio facilita la paz y el equilibrio

Para el life coach o entrenador de vida espiritual Julio Bevione, la forma más simple y directa de alcanzar la paz y el equilibrio en la vida no se encuentra en la cima de una montaña, al pie de un gurú, o escondida en textos esotéricos.

La clave, dice el autor de "Silencio", su cuarto libro de la colección "En la zona", está más cerca de lo que pensamos, pues radica precisamente en esa palabra- silencio.

De acuerdo con Bevione, decir silencio no implica que debemos alejarnos del mundo o dejar de hablar; se trata de tomar el tiempo para mirar hacia adentro y escucharnos a nosotros mismos para ver qué está pasando en nuestro interior.

"Descubrir qué estamos sintiendo o pensando, porque esa es la base de todo", señaló a Efe el autor, que inicia hoy su gira de conferencias en Miami con una dedicada a las relaciones.

Su agenda 2012 incluye seminarios en Nueva York, Venezuela, Guatemala, Argentina, México, Colombia y España.

El comunicador, que descubrió su amor por la sicología y el mundo espiritual a los 13 años de edad en su natal Córdoba, Argentina, actualmente reside en Nueva York, donde, en un pequeño departamento sin vista al exterior, descubrió el poder del silencio.

"El silencio es algo fundamental para el ser humano. Es increíble lo que descubres cuando miras hacia adentro", aseguró.

Sin embargo, en un mundo cada día más dependiente de las redes sociales -y muchos dirían que hasta adicto a ellas- la idea de dejar de prestar atención a lo que pasa afuera para escuchar nuestra voz interior puede parecer una misión imposible.

Sin embargo, Bevione lo ve no solo como algo posible, sino indispensable para alcanzar la paz interior. Y más fácil de lo que pudiéramos creer.

"El silencio del que hablo no es otra cosa que tomarnos el tiempo de tocar base con nuestro 'yo'; escuchar lo que estamos sintiendo, porque identificar nuestros patrones de pensamiento y nuestra actitud, es fundamental para poder ver el mundo como es, no como somos".

¿Qué, exactamente, quiere decir con esto? "Si reconoces que estás tenso o enojado, y puedes ver esos sentimientos dentro de ti, entonces sabes que no es lo que ocurre afuera lo que te hace sentir así, sino lo que sientes y te dices dentro de ti", aseveró.

En otras palabras, explicó, cuando no estamos en contacto con nuestro mundo interior, somos como esa persona que padece de miopía y no lo sabe; entonces cree que no es su vista, sino el mundo el que es borroso. Mirar hacia adentro es como usar los lentes correctos para ver el mundo como es, no a través de unos distorsionados por nuestros estados de ánimo, prejuicios, temores, complejos o aprendizaje.

Al mismo tiempo, Bevione explica que el proceso de mirar hacia adentro es nada complicado; no requiere que nos sentemos a meditar en la oscuridad o que nos dediquemos a quemar incienso.

"No hay que intelectualizarlo ni convertirlo en un ritual. Se trata solo de observar y aceptar. Y aceptar es ver las cosas como son y no tratar de que sean diferentes. Hay que soltar las riendas de querer controlarlo todo. Lo que nos quita la paz no es lo que está pasando, sino nuestro juicio sobre lo que está pasando", aseveró.

Pero si todo es aceptado, ¿quiere esto decir que dejamos de actuar para cambiar lo que no nos gusta o nos conviene?. Para nada, aseguró Bevione.

"Aceptación no implica la pérdida de acción. Pero cuando aceptas, la acción que viene de la aceptación es de amor".

Para ello él recomienda desacelerar un poquito; dedicar dos o tres minutos cada dos o tres horas del día para observar y empezar a reconocer los patrones internos.

"Cuando observas lo que ocurre dentro de ti, comienzas a darte cuenta de que pequeños cambios en ti logran grandes cambios afuera", finalizó.

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