El tema sobre la dieta de los bebés es de mucho debate: cada madre tiene "su librito" y asegura que su fórmula es la correcta. Para unas, iniciar al bebé en comidas más elaboradas que la leche, como compotas, papillas, e incluso vegetales y legumbres, es algo normal. Sin embargo, la visión de los especialistas en este punto difiere mucho, pues desde el punto de vista científico antes de los seis meses el cuerpo de un bebé no está preparado para consumir otra cosa que no sea leche.
Más que por capricho (o intereses, como aducen algunos padres) la aseveración de los especialistas está basada en razones científicas. Lo primero es que la saliva -que convierte el alimento en bolo alimenticio y facilita su digestión- se produce en pocas cantidades, insuficientes para digerir alimentos solidos. El pediatra neonatólogo Marcos Díaz Guillén explica al respecto que "hasta los seis meses el niño es un lactante, eso quiere decir, que su única alimentación deberá ser la leche. Antes de esa edad, el niño no ha producido suficiente saliva para poder digerir alimentos sólidos. Y es que el primer paso de la digestión comienza en la boca donde la saliva juega un papel importante para la formación del bolo alimenticio. Muchas madres nos dicen que su niño desde los cuatro meses de nacido ya está comenzando con su dentición, porque empezó a babear, y no es eso, es que ya empezó la producción de saliva preparándose para cuando después de cumplidos los seis meses se le inicie la alimentación complementaria con otros alimentos".
Además, señala el especialista, antes de los seis meses tampoco se producen en cantidad adecuada las enzimas gástricas y pancreáticas que junto con la saliva son muy importantes en el proceso de digestión de los alimentos sólidos. Y aunque a menudo no sean visibles para los padres que desconocen el tema, alimentar a los bebés con otros alimentos antes de este periodo sí tiene consecuencias, y nada agradables. El pediatra advierte que si el bebé consume otro alimento distinto a la leche antes de los seis meses quizás la criatura pueda experimentar trastornos intestinales o tal vez nada importante a corto plazo.
Los mayores problemas aparecerían con el paso del tiempo. "El problema será a largo plazo, porque al enseñar al niño tan pequeño a comer sólidos, harinas, grasas, víveres etc. estamos creando las bases para el sobrepeso y la obesidad, y esto sí que es un problema serio a largo plazo. La obesidad con sus implicaciones de hipertensión arterial, diabetes y cardiopatías las padecen los adultos, pero se fomentan y se inician en la niñez y mientras más temprano peor", dijo el doctor Díaz Guillen.
La doctora Clavel Sánchez, coordinadora de la Comisión Nacional de Lactancia Materna, recomienda también dar solo leche a los lactantes, pero solo del seno, considerando que "la leche materna tiene todo lo que el bebé necesita para su crecimiento y desarrollo y su composición se adapta a la edad del infante".
Sánchez aseguró que la alimentación a base de seno es una alimentación completa, porque tiene vitaminas, proteínas, grasa, calcio, fósforo, azúcares, hierro y agua y sustancias que protegen al bebe de enfermedades.
Casos especiales. Algunos niños son intolerantes a la lactosa, en cuyos casos se debe recurrir a otros alimentos que no hagan daño a su organismo. Pero eso no es muy frecuente en los niños que solo se alimentan con leche materna. La lactosa es un azúcar o carbohidrato que se encuentra en todas las leches, incluyendo la materna.
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