Academia de Aeronáutica ubica a RD por todo lo alto

 
CON EL PROYECTO REPÚBLICA DOMINICANA SE UNE A LAS NACIONES DESARROLLADAS
Por las alturas de República Dominicana diariamente se mueven cientos de aeronaves procedentes de los más diversos rincones de la geografía nacional e internacional.

Desde tierra, instalados en las torres locales de control, un grupo de especialistas tiene la responsabilidad de guiar a los tripulantes y pasajeros por las “autopistas del aire”, y de observar que los estándares mundiales de seguridad se mantengan en cada vuelo, en cada despegue, y en cada aterrizaje.
Esos controladores y supervisores de tránsito aéreo antes se formaban en los Estados Unidos, adonde tenían que volver para actualizar sus conocimientos cada dos años.
Pretendemos ser una academia de formación de personal aeronáutico de nivel mundial
Clara Fernández de Sosa, directora de la institución educativa.
Hoy, los jóvenes interesados en vigilar los cielos dominicanos se capacitan en las modernas instalaciones de la Academia Superior de Ciencias Aeronáuticas (ASCA), ubicadas a pocos metros del Aeropuerto Internacional de Las Américas. “Se decidió formar esta academia para capacitar al personal aeronáutico del IDAC (Instituto Dominicano de Aviación Civil) y al personal de la industria aeronáutica nacional. Las inversiones tecnológicas y docentes que se han hecho la colocan en el primer lugar de la región”, explica Clara Fernández de Sosa, directora de la institución levantada dentro del Complejo Aeronáutico Dominicano, a un costo de RD$94 millones (sólo la estructura).
La academia es la única del país autorizada por el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología para impartir la carrera de Técnico Superior de Control de Tránsito Aéreo, además está validada por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) como centro Trainair (metodología mundial de enseñanza de aviación). Este aval permite que sus egresados puedan ejercer el oficio en los más importantes destinos del mundo.
Comienzo
Fernández de Sosa dice que estas condiciones son parte del nuevo comienzo de la institución, pues el quipo administrativo trabaja en estos momentos para llevar el título del nivel técnico al de licenciatura.
En su cartera de servicios la ASCA incluye cursos de Recurrentes de Control de Tránsito Aéreo, de Supervisión de Control de Tránsito Aéreo y de Pseudo-Piloto.
Las clases teórico-prácticas se imparten, según observó LISTÍN DIARIO, en aulas amplias y en una infraestructura tecnológica conformada por un laboratorio simulador de vuelo, un de radar y un laboratorio de aeródromo virtual de 220 grados, todos adaptables a la realidad nacional o internacional que amerite el grupo que recibe la instrucción.
“Nosotros pretendemos ser una academia de formación de personal aeronáutico de nivel internacional”, resalta la directora. Esta misma semana un grupo del nuevo personal aeronáutico de Panamá aumenta sus conocimientos con tutores criollos. La matricu de la academia alcanza los 48 estudiantes.
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EXPANSIÓN Y UNA EXPERIENCIA ÚNICA

“Las instalaciones son excelentes. El trato de la administración ha sido mejor de lo que esperábamos.
Y el espacio aéreo estaba listo antes de comenzar el curso”, cuenta la instructora panameña Linda González cuando se le pregunta sobre la experiencia de su grupo en las instalaciones de la ASCA.
Los jóvenes controladores vinieron de Centroamérica a practicar en un simulador que recrea el espacio aéreo de su propio país.
Alexis Lewis les sirve de tutor, con sus 19 años de experiencia. Las vivencias de Lewis, y la de los otros profesores, sirve para enriquecer los programas de clase diseñados bajo los criterios internacionales de TRAINAIR, lo que permite una estandarización de los conocimientos.
Rolando Tamayo asegura que lo que ven los estudiantes ven en esa academia es lo mismo que ven los que se forman en los centros de Japón. La única diferencia puede estar en las anécdotas del tutor”, asegura Rolando Tamayo, miembro del equipo de análisis y preparación de material pedagógico referido por la OACI.
Las palabras de Tamayo se escuchan en un salón concebido especialmente para preparación de material de calidad Trainair. Fuera de ahí, estudiantes, profesores, ejecutivos y otros empleados se concentran en cumplir con los planes del día.

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